Los museos de Flandes han anunciado una nueva exposición de la obra de pintor barroco Peter Paul Rubens y esperan que no les vuelva a caer encima la censura de Facebook.
La novedad es que a esta temporada se incorpora un cuadro que formaba parte de la colección privada del astro británico, David Bowie.
El músico ya fallecido apreciaba mucho la pintura barroca y era propietario de un arcángel de Tintoretto, que tal como anuncia la agencia EFE, «busca poner en relación la obra de Rubens con la de sus maestros y discípulos».
La exposición se enmarca en el programa «Amberes barroco. Rubens inspira» cuyo calendario de actividades abarca hasta el 2020.
Por otra parte, aún no se conoce la fecha en que los representantes de Mark Zuckerberg se reunirán con los directores de museos y la oficina de turismo de Flandes (norte de Béllgica) para discutir sobre el asunto de los desnudos barrocos y la censura.
Arte o pornografía, he ahí el dilema
Que el tío Mark censure las imágenes de una protesta feminista con mujeres mostrando sus senos o una foto de una paciente con cáncer que enseña la cicatriz de una mamoplastia son casos que pasan desapercibidos.
Pero el escándalo mayúsculo de 2018 (un año en el que Facebook ha cosechado varios) fue la indignación de la oficina de turismo de Flandes que acostumbra a lanzar sus campañas en esta red, un recurso ineludible del marketing digital.
El cuadro Adán y Eva que pinto Rubens hace más de 400 años cayó en la lista negra del algoritmo censor y fue suprimido de la red. Y no ha sido el único.
Según una nota de El Español publicada el primero de agosto, Facebook ha eliminado el 20% de las 900 publicaciones de la oficina de turismo que promociona las exposiciones de pintores flamencos
Los holandeses hallaron una forma estupenda para vengarse con un vídeo donde dos policías del FBI –una burla que significa Facebook Bureau Investigation– prohíben mirar los cuadros a los visitantes del museo, les tapan los ojos y hasta los apartan de la exhibición mientras les explican que es «por su bien».
Facebook y su hacha censora
La inteligencia artificial… o mejor dicho Facebook, es tan pacato que hasta los talibanes o el Vaticano se quedarían como niños con sonajero. Por el hacha del algoritmo han pasado la Venus de Willendorf o El origen del mundo de Gustave Courbert.
La iconoclastia es cosa superada en el Occidente judeocristiano pero el bueno de Mark Zuckerberg la ha revivido con su cibercensura.
No ya estatuas derribadas, pinturas tachadas u hojitas de parra que cubran las partes pudendas de las santas figuras.
Facebook te cortará la cabeza de una, o mejor dicho, suprimirá la imagen «pornográfica» de tu post y te suspenderá la cuenta.
Nos lo dijo una vez un joven taxista en Madrid que en sus ratos libres le echa mano al marketing digital, «los algoritmos es que son muy tontos y no saben distinguir un seno de una teta».
Con esa diferencia el muchacho explicaba que Facebook era incapaz de diferenciar entre unos senos bíblicos en el cuadro Adán y Eva de Rubens, y las tetas de Lucía Lapiedra, una estrella ya retirada del porno español.
Cosa que nos lleva una conclusión y es que para Facebook: Arte, religión y pornografía son la misma cosa.