En septiembre de 2018, una mujer de un país islámico tomó una decisión que pudo costarle la vida, en una de las estaciones del Metro de su ciudad se despojó del velo y dejó su cabellera al descubierto…
Un clérigo, indignado, se le acercó para recriminarle el acto inmoral pero la mujer, con más audacia todavía, le gritó que los ayatolás habían dejado a su país en ruinas y que, por ello, él no era el más indicado para dictarle cómo debía vestirse.
Lo más sorprendente –luego del coraje de esta mujer, claro está– fueron los gritos de apoyo del centenar de usuarios que estaban en los andenes, la gran mayoría, hombres.
No son nuevas las protestas pequeñas o grandes en Irán contra la represión de la teocracia islámica, pero la de esta mujer es un ejemplo mundial del significado que tiene el concepto de «empoderamiento».
Aunque este episodio haya ocurrido muy lejos de Iberoamérica, ilustra la frase que Jürgen Klaric dedicó a las mujeres del mundo:
«…son más inteligentes, más efectivas y más solidarias. Su gran poder, es ser mujer».
Mujer y empoderamiento
Una mujer comienza a empoderarse cuando se adueña de su propio cuerpo, cuando no hay dogma religioso ni cultural que domine su voluntad, cuando logra convertirse en un espíritu libre que toma sus propias decisiones y cuando, como los versos de Nelson Mandela, se convierte en la ama de su destino y la capitana de su alma.
El primer Congreso Mujeres 2.0 se llevó a cabo en Medellín el pasado 30 de junio, las entradas se vendieron en tiempo récord y el evento fue una concentración de dinámicas, talleres, conferencias y herramientas para ayudarse entre todas a coger el timón y proyectarse sin miedo hacia el futuro.
Verónica Ospina, una de las conferencistas, contó en esa oportunidad que la iniciativa había surgido al observar que el grupo Emprendiendo Juntos, de BiiALAB, conformado para que los emprendedores de distintos países compartieran sus proyectos y se prestarán apoyo mutuo, congregaba a una mayoría de mujeres con ideas geniales.
Así que decidieron verse las caras y pasar a la acción.
La experiencia resultó productiva, así que han organizado el segundo Congreso Internacional de Mujeres 2.0, «un programa de empoderamiento femenino en el que se le entregan a las participantes herramientas para reencontrarse con su poder interior».
Tareas pendientes
La ONU se ha propuesto revertir para el 2030 la tendencia histórica en la que la mujer ha sido objeto de discriminación. Por ejemplo, el informe sobre igualdad de género publicado en 2018 arroja algunos datos como estos:
- Por cada 100 hombres en pobreza extrema hay 122 mujeres en la misma condición.
- Las mujeres sufren mayor riesgo de hambre e inseguridad alimentaria en dos de cada 3 países.
- El 47% de los profesionales de las ciencias son mujeres.
- Las mujeres ocupan tan solo el 29,3% de los escaños parlamentarios en los poderes legislativos de Iberoamérica.
La mujer es un factor de cambio imprescindible en todas las sociedades del continente americano, pero para cambiar las realidades colectivas las mujeres están comenzando por cambiarse a sí mismas.
Y este congreso, es la oportunidad perfecta.